Kuchareta no akompañó a maduro galán ke se kacheteaba kon golosa vampiresa !¡
Murió cabalgando en sauna clandestaUn maduro galán murió con la sonrisa en los labios justo en los momentos en que junto a una damisela "cabalgaba" en el interior de un sauna clandestino ubicado en pleno centro capitalino.
El cucharón no aguantó el frenético ritmo que la improvisada pareja le imprimió al casual cacheteo.
Eran las 11.30 de la mañana cuando J.R.M. (55) se encontraba en una de las piezas del "Palacio Azul", una vieja casona de calle Esperanza, entre Compañía y Catedral, que días atrás había sido clausurada.
Estaba acompañado por una cortesana del lugar que momentos antes le había dicho que era lindo y preguntado si tenía platita en el bolsillo para poder disfrutar a concho de la vida.
El varón, con cara de ofendido, le respondió que era uno de los pocos afortunados que tenía la tarjeta Vip del local, dicho lo cual se lanzó desenfrenadamente al placer junto a su acompañante.
Tras los primeros escarceos amorosos, vinieron los problemas. J.R.M. sintió que le empezaba a faltar el aire, especialmente porque la pastillita azul lo tenía a mil revoluciones por minuto.
Los deseos de mostrarse potente y capaz de cualquier proeza pudieron más que la prudencia.
Las arterias del enardecido amante no aguantaron el martilleo y el corazón se le fundió como una barra de chocolate a 30 grados. J.R. se fue cortina en medio del espanto y tristeza de la fémina, quien ya le había tomado un poquito de cariño.
Eran las 11.30 de la mañana cuando J.R.M. (55) se encontraba en una de las piezas del "Palacio Azul", una vieja casona de calle Esperanza, entre Compañía y Catedral, que días atrás había sido clausurada.
Estaba acompañado por una cortesana del lugar que momentos antes le había dicho que era lindo y preguntado si tenía platita en el bolsillo para poder disfrutar a concho de la vida.
El varón, con cara de ofendido, le respondió que era uno de los pocos afortunados que tenía la tarjeta Vip del local, dicho lo cual se lanzó desenfrenadamente al placer junto a su acompañante.
Tras los primeros escarceos amorosos, vinieron los problemas. J.R.M. sintió que le empezaba a faltar el aire, especialmente porque la pastillita azul lo tenía a mil revoluciones por minuto.
Los deseos de mostrarse potente y capaz de cualquier proeza pudieron más que la prudencia.
Las arterias del enardecido amante no aguantaron el martilleo y el corazón se le fundió como una barra de chocolate a 30 grados. J.R. se fue cortina en medio del espanto y tristeza de la fémina, quien ya le había tomado un poquito de cariño.
Simplemente,io
posted by Matilda @ 12:30 p. m.
Tu Huella...12
